domingo, 2 de agosto de 2009

EL ARBOL DE LOS PROBLEMAS

El carpintero que había contratado para ayudarme
a reparar una vieja granja, acababa de finalizar
un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica
se daño y lo hizo perder una hora de trabajo y ahora
su antiguo camión se niega a arrancar.
Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio.
Una vez que llegamos, me invito a conocer a su
familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se
detuvo brevemente frente a un pequeño árbol,
tocando las puntas de las ramas con ambas manos.
Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente
transformación. Su bronceada cara estaba plena de
sonrisas. Abrazo a sus dos pequeños hijos y le dio
un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó
hasta el carro.
Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le
pregunte acerca de lo que lo había visto hacer un
rato antes.
¡Ah! Ese es mi árbol de problemas. – contestó - Se que
yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero
una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la
casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente
los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa.
Luego en la mañana los recojo otra vez.
Y continuó sonriendo:
Lo divertido es que cuando salgo en la mañana a
recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo
haber colgado la noche anterior.

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