domingo, 24 de enero de 2010

PARABOLA DEL RICO Y DEL RABINO

Se cuenta que una vez un hombre muy rico fue a pedirle un consejo a un rabino...

El rabino lo tomó de la mano, lo acercó a la ventana y le dijo:

- Mira. El rico miró por la ventana a la calle.

El rabino le preguntó:- ¿Qué ves?.

El hombre le respondió: - Veo gente.

El rabino volvió a tomarlo de la mano y lo llevó ante un espejo y le dijo:

- ¿Qué ves ahora?.

El rico le respondió:

-"Ahora me veo yo".

-"¿Entiendes?, dijo el rabino.

En la ventana hay vidrio y en el espejo hay vidrio. Pero el vidrio del espejo tiene un poco de plata.

Y cuando hay un poco de plata uno deja de ver gente y comienza a verse solo a sí mismo".

domingo, 10 de enero de 2010

LA CAMISA DEL HOMBRE FELIZ

Había una vez un rey cuya riqueza y poder eran tan inmensos, como eran de inmensas su tristeza y desazón.
-Daré la mitad de mi reino a quien consiga ayudarme a sanar las angustias de mis tristes noches- dijo un día.
Quizás más interesados en el dinero que podían conseguir que en la salud del Rey, los consejeros de la corte decidieron ponerse en campaña y no detenerse hasta encontrar la cura para el sufrimiento real. Desde los confines de la tierra mandaron traer a los sabios más prestigiosos y a los magos más poderosos de entonces, para ayudarles a encontrar el remedio buscado.
Pero todo fue en vano, nadie sabía cómo curar al monarca.
Una tarde, finalmente, apareció un viejo sabio que les dijo: -si encontráis en el reino un hombre completamente feliz, podréis curar al rey. Tiene que ser alguien que se sienta completamente satisfecho, que nada le falte y que tenga acceso a todo lo que necesita.
-Cuando lo halléis- siguió el anciano- pedidle su camisa y traedla a palacio. Decidle al rey que duerma una noche entera vestido solo con esa prenda. Os aseguro que mañana despertará curado.
Los consejeros se abocaron de lleno y con completa dedicación a la búsqueda de un hombre feliz, aunque ya sabían que la tarea no resultaría fácil.
En efecto, el hombre que era rico, estaba enfermo; el que gozaba de buena salud, era pobre. Aquel, rico y sano, se quejaba de su mujer y ésta, de sus hijos.
Todos los entrevistados coincidían en que algo les faltaba para ser totalmente felices aunque nunca se ponían de acuerdo en aquello que les faltaba.
Finalmente, una noche, muy tarde, un mensajero llegó al palacio. Habían encontrado al hombre tan interesantemente buscado. Se trataba de un humilde campesino que vivía al norte en la zona más árida del reino. Cuando el monarca fue informado del hallazgo. Éste se llenó de alegría e inmediatamente mandó que le trajeran la camisa de aquel hombre, a cambio de la cual deberían darle al campesino cualquier cosa que pidiera.
Los envidos se presentaron a toda prisa en la casa de aquel hombre para comprarle la camisa y, si era necesario –se decían- se la quitarían por la fuerza...
El rey tardó mucho en sanar en sanar de su tristeza. De hecho su mal se agravó bastante cuando de que el hombre más feliz de su reino, quizás el único totalmente feliz, era tan pobre, tan pobre... que no tenía ni siquiera una camisa.

domingo, 3 de enero de 2010

TESORO

Hace muchísimos años vivía en la India un sabio de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacía triunfador en todos los aspectos de su vida y que por eso se consideraba el hombre más feliz del mundo. Muchos reyes envidiosos, le ofrecían poder y dinero y hasta intentaron robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano.

Mientras más lo intentaba, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir.
Así pasaban los años y el sabio era cada vez más feliz.

Un día llegó ante él un niño y le dijo:

"Señor, al igual que usted, también quiero ser inmensamente feliz ¿Por qué no me enseña qué debo hacer para conseguir la felicidad?" El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: "A ti te enseñaré el secreto para ser feliz. Ven conmigo y presta mucha atención: En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y son mi MENTE y mi CORAZÓN, y el gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida.

El primer paso es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todo lo que tienes.

El segundo paso, es que debes quererte a ti mismo y todos los días al levantarte y al acostarte, afirmar: Yo soy importante, yo valgo, yo soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer. Este paso se llama Autoestima.

El tercer paso, es que debes poner en practica todo lo que dices que eres, es decir, si dices que eres inteligente actúa inteligentemente, si dices que eres capaz, haz lo que te propones, si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces propónte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama Motivación.

El cuarto paso es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas.

El quinto paso es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie. Ese sentimiento no te dejará ser feliz, deja que las leyes de Dios hagan justicia. Tú, perdona y olvida.

El sexto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo con las leyes de la naturaleza, mañana te quitarán algo de más valor.

El séptimo paso, es que no debes maltratar a nadie. Todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.

Y por ultimo, levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas, el lado bueno y bonito.
Piensa en los afortunado que eres al tener todo lo que tienes, ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio. Mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos , el secreto para ser triunfadores y que de esta manera, puedan ser felices.